tag:blogger.com,1999:blog-84991503299950539132024-03-13T09:50:21.466-07:00Memorias y MelodíasJon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.comBlogger40125tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-15067939448718849632013-12-08T05:04:00.003-08:002013-12-08T05:04:27.947-08:006 de Diciembre, naufragio<div style="text-align: justify;">
En la vida de todos y cada uno de nosotros existen momentos de inflexión. Conforme crecemos y adquirimos responsabilidades, buscamos apoyo para sostener las mismas en la estructura de mayor estabilidad que ha creado jamás la mente humana: la costumbre. Esa costumbre, traducida en el día a día como rutina, es la base de la que parten todos los hilos de aventuras que viviremos a lo largo de la jornada -o de la semana, o del mes- y también la base a la que ineludiblemente vuelven una vez finalizado su vuelo. Es un fondo de garantía, una plataforma flotante sobre el océano que nos permite impulsarnos y saltar -adquiriendo la experiencia del salto, sintiendo la adrenalina de la subida-, para luego ser arrastrados de nuevo hacia abajo por la inevitable gravedad de las cosas. Y así, vuelta a empezar.</div>
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Pero la rutina no es una mera ficción que creamos a partir de la nada, necesita una serie de materiales que ayuden a conformarla. Algunos de estos materiales o <i>piezas fundamentales</i> son físicos -una residencia fija, un grupo más o menos estable de amigos-, otros más intelectuales -gustos, inquietudes- y, finalmente, tenemos los emocionales. Cada uno de nosotros construye su rutina con un entresijo de estas materias primas, en las proporciones acordes a sus ideales -y, por supuesto, también a su contexto sociocultural, ya que no todo el mundo puede elegir su residencia ni la ideología en la que le instruyen desde pequeño-. El resultado de todo esto es una estructura variopinta y llena de esquinas y huecos que a efectos sirve de escudo frente a la lluvia y el viento, pero también como lugar de reunión con uno mismo, como espacio para la reflexión y como sustrato de nuevas modificaciones puntuales que el arquitecto -esto es, cada uno de nosotros- quiera efectuar sobre sus paredes.</div>
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Pero, como decía al principio, siempre aparecen momentos de inflexión. No somos conscientes de que aquella materia emocional que utilizamos en la construcción de nuestra rutina -todos esos sentimientos y amores, platónicos o reales, que decidimos plantar para que sus raíces estabilizasen su estructura- es altamente inflamable, por mucho que la cubramos de capas y capas de pintura y cemento. Nos acostumbramos a un amor -a una obsesión platónica, más bien- conscientes de su la imposibilidad de su realización, ya que la negación categórica es algo tan duro que ayudará a nuestra construcción a resistir golpes vengan de donde vengan, hasta que finalmente el golpe viene de dentro. Nos habíamos equivocado. Resulta que lo imposible no existe, que las leyes de la naturaleza no se aplican a la psicología humana y, por tanto, nos movemos en un universo de probabilidades. Aquella negación categórica que nos había acompañado durante dos años, que fue a veces lo único que dio sustento a nuestra rutina y de la que dependieron el resto de historias que vivimos en ese tiempo, esa negación de repente se vuelve afirmativa. En dos horas, de la forma más inesperada, los astros caen de golpe sacudiendo la azul superficie en la que flotaba nuestro refugio, invadiendo los espacios, anegando la cubierta y condenando la construcción al mismo final que el del famoso trasatlántico inglés. </div>
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Los hierros que sujetaban nuestra rutina se transforman en agua, azules como la profundidad de esos ojos que han causado el desastre. Caemos al mar, porque ya no hay donde sujetarse, y al contacto con las enfurecidas olas nuestro corazón empieza a latir desbocado. El miedo se apodera de nosotros mientras vemos hundirse, a nuestro lado, todas nuestras conjeturas y conclusiones que finalmente no han servido para nada. Y entonces cerramos los ojos y nos dejamos arrastrar por la corriente, flotando entre todas esas estrellas que acaban de desprenderse -tan lejanas un día que creímos que jamás podríamos tocarlas-. </div>
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Ha llegado el momento de inflexión. La tempestad amaina, las turbulencias se desvanecen y, flotando tranquilamente, desnudos sobre el cristal marino, sentimos -por primera vez desde hace mucho tiempo- la calidez de un rayo de sol sobre nosotros. Esa luz que las paredes de nuestro refugio -de nuestra rutina- eclipsaban para mantener toda la construcción a flote.</div>
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Una luz que nos encuentra cuando hemos dejado de buscarla, aunque sin saberlo, en secreto, siempre fue el destino de nuestro viaje.</div>
Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-90827752395583595232013-07-17T07:20:00.003-07:002013-07-17T07:22:01.472-07:00Volver atrás es seguir adelanteAyer viví uno de esos momentos -momentos que, en realidad, duran horas, pero que al terminar dejan una sensación fácil de concentrar en unos milisegundos- que te hacen pararte y redescubrir tu pasado. Fue una conversación con alguien (sin entrar en más detalles) con quien hacía tiempo que no hablaba. O dicho de otra forma, fue una invitación a volver a mi yo de hace un mes y revivir las dudas y emociones que me recorrían entonces. ¿Quién necesita una máquina del tiempo cuando las palabras pueden obrar la misma magia?<br />
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Admiro el poder de las dudas; al volver a ese yo tan inmerso en un mar de las mismas pude comprobar de nuevo la energía que infunden a la vida, como baterías eléctricas bipolares que estimulan -para bien y para mal- las fibras de nuestra existencia, haciéndonos vibrar. Ahora no concibo posible haber vivido este mes entre tanta estabilidad; es como un mes perdido, totalmente susceptible de olvidarse. Me siento renacer, veo como mi interior se configura de nuevo buscando la antigua y familiar sensación de balanceo entre los millones de posibles futuros que me esperan.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-37199840042417558912013-01-30T13:57:00.003-08:002013-01-30T13:57:31.943-08:0030 de EneroHace demasiado tiempo que no me paso por aquí. Por lo menos, demasiado sin dejar constancia de ello, ya que tengo el blog lleno de borradores escritos entre entrada y entrada, que nunca llegarán a publicarse. Ahí están, semiescondidos, esperando el día en que una extraña curiosidad me empuje a abrirlos de nuevo y empaparme de sus recuerdos, como si hubieran sido relegados a una función más modesta de la que originalmente estaban destinados a tener.<br />
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¿Existe la<i> <b>felicidad vacía</b></i>? Es la única manera de describir cómo me siento estas últimas semanas. Felicidad vacía... un estado de bienestar en todos los aspectos de la vida -desde lo material hasta lo afectivo, pasando por lo intelectual- que, sin embargo, no produce sensación de plenitud, ni sonrisas al despertar, ni ataques de alegría injustificados. Una especie de programa perfecto que garantiza los puntos básicos para una "buena vida" pero te deja siempre con ganas de más. Y así paso los días, cumpliendo con mis obligaciones y cultivando todo aquello que considero importante en mi vida, con cuidado de que todo esté pulcramente ordenado.<br />
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Pero llega la noche y se cuela entre las mantas un frío que no tiene que ver con la temperatura, pero con un efecto parecido. Me encojo sobre mí mismo, me tapo hasta arriba y evito pensar. Porque <i>pensar </i>siempre es el mayor problema en estos casos. Piensas, piensas, pero no llegas a ninguna conclusión. Te adentras en caminos que acaban en una gran nada vacía, que te recuerda aquellos años en que pensar antes de dormir era la causa de una angustia existencial desesperada. Y así, sumergido en un océano de pliegues de tela, lejos de la superficie en la que brillan las reflexiones conscientes que tanto me asustan, la realidad se desvanece y se hace sueño.<br />
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Inevitablemente, el despertador tira del tapón y el mar entero se va por el desagüe. Vuelvo a ser un saco de órganos sobre una cama apenas deshecha, con tantas dudas como miedos.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-89243207556648328282012-11-29T15:11:00.000-08:002012-11-29T15:15:39.878-08:00AvanzandoAlgunas mañanas, al despertarme, tengo la sensación de que el nuevo día que asoma entre las sábanas es un mundo entero lleno de oportunidades; que cada segundo -desde los más lentos, desperezándome sobre el colchón, hasta los que escapan con prisa cuando me doy cuenta de lo tarde que llego- me puede abrir la puerta a una nueva dimensión, una realidad diferente a la que me tocaba vivir por inercia. Días en los que el destino se borra con la maravillosa magia del azar, haciendo que todo sea posible. Soñar es más fácil; reír, más contagioso. Incluso parece haber más luz.<br />
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Hay otros días, sin embargo, en que el tiempo se vuelve mecánico -no pegajoso ni ligero, sino puramente teórico y estricto- y empaña las emociones, las encierra en un marco inmóvil y las almacena como si fuesen objetos mundanos, carentes de valor. Esos días siento el hastío de la rutina, el desgaste de la mediocridad acechando en cada esquina. Los sueños se colapsan y dejan de tener sentido, y para intentar evitarlo busco agarrarme a ideas, conceptos que marcan una especie de filosofía que poco a poco he ido haciendo mía. Y personas, también me aferro a las personas. Porque, seamos sinceros, ¿qué mejor punto de apoyo para un viaje que alguien dispuesto a cambiar tanto como uno mismo? Aunque claro, luego siempre puedes cometer el error de arrastrar contigo la idea de una persona que -a pesar de que te empeñas en llevar contigo cueste lo que cueste- hace tiempo que siguió su camino. Porque si algo tenemos las personas es que cambiamos constantemente, y es terriblemente tentador pensar que nuestro círculo personal es tan estático como el tiempo de los días grises, para dar a nuestra vida un halo de estabilidad que nos hace sentir a salvo. Pero la verdadera estabilidad no puede venir de fuera. </div>
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Y ya que hablamos de estabilidad, es preciso plantearse si esta es siquiera necesaria. Al fin y al cabo, la vida es un constante fluir de imágenes, situaciones y emociones que nunca podrán repetirse en las mismas circunstancias (dramas de vivir en un tiempo de flujo unidireccional), e intentar hacerlas durar más de lo que está en su naturaleza es forzar las cosas demasiado. Tal vez todo fuese más fácil si nos convenciésemos de que la gente cambia inevitablemente, y que el truco es estar juntos mientras se produce ese cambio, vivir experiencias junto a esas personas que ahora son nuestro punto de apoyo y crecer junto a ellas, no cargar con un peso muerto ni ser llevado corriente abajo. Disfrutar del momento (el <i>carpe diem</i> por todos conocido) y valorar el desapego de una base sólida, la libertad que se siente ante una dependencia relativa. </div>
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Pero da miedo alejarse de las personas que ahora nos importan. Porque cuanto más tiempo pasamos lejos de ellas, más nos perdemos todos esos segundos -mecánicos o ligeros, da lo mismo- que nos van moldeando como el agua del río a su cauce. Tomamos formas diferentes, somos cincelados por los vientos de la vida y por las experiencias, y puede que al llegar el día en que volvemos a vernos seamos tan diferentes a lo que un día fuimos que esa persona que antes era la mitad de tu mundo haya quedado excluida de él. Por supuesto que da miedo, y tiene que darlo, porque es algo tan real como el continuo caminar de las agujas del reloj. Pero no queda otra que aprender a disfrutar de esa incertidumbre, así como sonreímos al pasar del tiempo sin saber hasta cuando podremos contar con él. Es el gran misterio de la vida, que ni es destino ni es azar; es un constante horizonte que nos obliga a seguir avanzando.</div>
Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-37932937237513149252012-11-03T07:51:00.001-07:002012-11-03T07:52:09.314-07:00La esperanza es lo último que...Esta mañana ha llovido de nuevo. Ahora, las -todavía intensamente verdes- hojas del árbol que me saluda tras la ventana están cubiertas de pequeñas manchas de agua, espolvoreadas sin orden ni intención. Pero si me quedo mirándolas, veo que no todas han tenido la misma suerte; algunas brillan, ebrias de humedad y de vida, mientras otras -las que se escondían en medio del ramaje, a cubierto del viento y del agua- parecen fantasmas verdes mate, secas y sucias por el polvo de la gran ciudad, mirando hacia abajo como si pensaran en saltar. Es inevitable establecer la relación con lo que acabo de leer.<br />
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Lo reconozco, pude haberlo leído antes. Tal vez, incluso haber comentado algo cuando aún no se había cerrado la oportunidad. No habría servido de nada, supongo. ¿O sí? ¿Sirve de algo que un completo desconocido te diga que la esperanza no debe perderse nunca, como si una frase tan desgastada fuese a tener, en sus desinteresadas palabras, una acogida diferente? No puedo saberlo, al igual que no puedo saber absolutamente nada de lo que piensa el resto del mundo. Pero puedo imaginar que, por analogía con lo que a mí me sucedió, sea cierto. El desinterés puede mover montañas. Y en el fondo, cuanto más lo pienso más cierto me parece: porque vivimos en un mundo cuyo motor principal es el interés, tanto laboral y económico como emocional y social. El interés mueve nuestros actos y nos propone metas, nos empuja a ser agradables, buenos y educados, nos erige como personas civilizadas capaces de perseguir una vida plena. El interés es necesario para vivir, pero, ¿y si el desinterés fuese la clave para vivir <b>juntos</b>?<br />
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Recuerdo la noche de mi graduación como una de las más extrañas de mi vida, aunque más que por la noche en sí es por la madrugada que la siguió (aunque algunos digan que no fue de madrugada, sino por la mañana, porque había sol). Mi cabeza estaba llena de intereses -tanto míos como de otros- luchando por vencerse unos a otros y tomar las riendas de mi futuro. No sabía qué hacer, como seguí sin saberlo durante mucho tiempo después. Pero las palabras de un desconocido hicieron revivir lo que hacía mucho que había perdido: las ganas de encontrarme. No fue un discurso grandioso ni una labia asombrosa lo que lo consiguió -porque hablamos de una discusión teñida por el alcohol y la depresión postfiesta- sino el desinterés de sus consejos, la falta de una meta en sus ideas. ¿Qué movía a aquel desconocido a perder su tiempo en un diálogo sin sentido ni dirección? Absolutamente nada, o por lo menos nada que pudiese suponer un interés para él o para su mundo. Y por eso le di la importancia que tuvo y tendrá.<br />
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Su desinterés hizo que todo lo que salía de su boca tuviese más verdad, no por ser un saber objetivo -que no lo era- sino por su pureza de intención, de manera que no había forma de escapar a su sentido. Cuando te hablan de la vida de forma tan real no hay lugar donde esconderse, no queda otra que escuchar, pensar, y responder con el mismo desinterés que has recibido. No te queda otra que comprender la necesidad de encontrarte, de buscar tus intereses con conciencia, adecuándolos a tus ideas y esperanzas de futuro; de revitalizarte y planear nuevos caminos, sin conformarte con lo que habías pensado hasta el momento.<br />
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Estoy escribiendo demasiado en clave, y lo siento porque seguramente no entenderás nada de esto. Lo único que espero es que este FINAL no suponga el cese de la búsqueda, que no te estanques en lo gris del presente, porque aunque no llueva sobre todas las hojas por igual, la savia siempre encuentra el camino hacia las hojas olvidadas. Te debo más de lo que pensaba, aunque nada tenga ningún propósito -o, mejor dicho, gracias a ello-, y aunque sea en parte interesado -por el interés del agradecimiento-, quiero decirte con todo el desinterés del mundo que la esperanza es lo último que se pierde.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-11905494109963631212012-10-25T08:34:00.001-07:002013-12-08T05:15:40.139-08:00La lluvia en Madrid<div style="text-align: left;">
Ver llover, en Madrid, es más bonito. Es difícil saber por qué, si por necesidad de ver de nuevo un cielo gris que me transporte al pasado, al norte del que vengo, o por deseo de sentir el frío que traen las gotas consigo, arrancado de lo más alto del cielo, donde tiritan las nubes. Puede que incluso no sea Madrid, que lo bonito de esta lluvia sea el tiempo, y no el espacio; un tiempo cargado de cambios, de incertidumbres, de libertad y de vacío, tan variable que casi parece infinito. Desconozco el porqué, pero tampoco lo busco. Abro mis ojos y la imagen que recibo del mundo, recortada como por un marco de fotos con forma de ventana, me muestra un árbol temblando de frío, sacudiéndose el agua de encima en cada hoja que -a pesar de lo entrado del otoño- sigue verde y viva. Y tras el árbol, la rojiza fachada de un hotel abandonado, de soñolientos cristales a mitad velados por persianas descoloridas y llenas del polvo de los años. A decir verdad, apenas veo el cielo; solamente la esquina superior del cristal lo introduce -recortado entre dos edificios- como un entrante de mar rodeado de agresivos gigantes de cemento. Y sin embargo siento su presencia en cada partícula de aire que respiro, veo su manto gris reflejado en los oscuros cristales del hotel abandonado, y huelo la humedad que ha pintado en el viento.</div>
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Como suele ocurrir, al no querer pensarlo lo pienso. Lo bonito de la lluvia en Madrid es que dibuja límites en el suelo, escribe fronteras ensombrecidas en las calles y llena el espacio de tal forma que me hace sentir amenazado. Amenazado, pero no vulnerable, porque la lluvia conoce bien sus dominios y no busca adentrarse más alla; sentado tras la ventana, en mi habitación, estoy seguro. Y es esa sensación de seguridad la que transforma un momento gris en bonito, porque me hace sentir en casa. Viendo el cielo arrojar su furia sobre Madrid, olvido que estoy solo en una gran ciudad, en mitad de un camino lleno de responsabilidades y deberes, rodeado de compromisos y problemas a los que no encuentro ninguna solución. Olvido que el mundo es enorme, tan grande que da pánico imaginarlo, y que hay millones de personas a las que me perderé a lo largo de la vida, a las que tal vez estoy perdiendo mientras escribo estas líneas. Olvido el tiempo y olvido el espacio, porque lo más bonito de la lluvia en Madrid es que disuelve la realidad y la condena a unos minutos de pausa, en los que solamente existe una habitación con vistas al mar que cae desde el cielo.</div>
Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-24088787080132495682012-10-07T16:11:00.000-07:002012-10-07T16:13:07.475-07:00Beautiful eyes<i>If it's drama you want, then look no further.</i><br />
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De un momento a otro la vida te puede cambiar por completo. Aunque tal vez sea más correcto decir que de un momento a otro puedes ser catapultado al pasado de forma tan eficaz, tan honda, que parece imposible pensar que jamás saliste de él. Escuchar en tu cabeza canciones a medias, olvidadas por los años -como trozos de tela sobrante perdidos en un cajón de sastre-, volviendo a sonar -frescas, nuevas- con la misma ilusión, la misma emoción que entonces te embargaba. Y te sientas frente a ese mundo virgen y fecundo, un páramo sin explorar compuesto de teclas blancas y negras, y empiezas a tocar. Y creas, destruyes, mezclas y separas; alquimia pura, casi magia.<br />
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¿Por qué nos cuesta tanto decir adiós? Al fin y al cabo, es lo único seguro en esta vida; tenemos la certeza de que hay que decir adiós. Adiós a las personas, las historias, los sentimientos, las ilusiones y, por qué no, adiós al que fuimos y nunca volveremos a ser. Debemos de tener algo de autodestructivo escrito en los genes, una espina masoquista que nos empuja a buscar el dolor del recuerdo, en una trepidante batalla por revivir aquello que un día fue nuestra vida, nuestro "yo" más inalterable -o eso creíamos-, sin pensar por un momento que tal vez la contienda resulte fatal. Porque volvemos a un estado que no nos pertenece, y sufrimos doblemente: en primer lugar, la realidad nos golpea de frente al darnos cuenta de que -a riesgo de sonar típico- <i>nada volverá a ser como antes</i>, y una vez superado ese paso el dolor persiste, pues aquel sentimiento que intentamos recordar se aferra a un clavo ardiendo -siendo ese clavo la memoria- y nos devuelve la sensación de antaño, pero esta vez sin el edulcorante de la esperanza, simple y verdadero, sin compasión.<br />
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No hay nada que hacer. La batalla estaba perdida antes de haber sido planteada, antes incluso de existir motivos ni personas que los buscan. Llegará el momento de nuevo en que te enfrentes a sus ojos y tu corazón comience a latir desbocado, sin razón alguna, agotado todo atisbo de lógica, y entonces sólo quedará la opción de saborear -como quien mira, hechizado, el humo de un cigarro bailar con el aire- cada segundo extraído del pasado, y sonreír con la primera vez que alguien te dijo <i>que ojos más bonitos tienes</i>.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-86410183211629077342012-08-28T03:07:00.001-07:002012-08-28T03:07:07.967-07:00AustraliaSiempre he sido un enamorado de los viajes. El movimiento, el cambio, ver pasar tantas vidas diferentes a mi lado, sentir el vértigo al asomarme a la inmensidad del mundo, de nuestro mundo, ha sido siempre una de mis metas, algo por lo que merece la pena esforzarme y luchar. Adoro subirme a un avión con la expectación y el miedo de saberme absolutamente perdido, sin idea alguna de qué veré a mi alrededor en unas horas. Es adrenalina pura. <div>
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¿Qué me empujó a venir a esta perdida isla, tan grande como Europa y tan remota como una botella naufragada? La distancia, supongo. La distancia, tan irreal como constante, puede ser tu mejor aliada o tu más fiel enemiga. A veces, ambas al mismo tiempo. La distancia da perspectiva, independencia, seguridad y oportunidad; pero cada oportunidad que la distancia nos brinda es una oportunidad robada al tiempo nativo, un <i>trade-off</i> que no puedes permitirte el lujo de sopesar, porque sólo tiene una salida. Pero tiene una ventaja, siempre vale la pena. </div>
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Para mí, eso es Australia: distancia, distancia convertida en oportunidad. Un universo aislado pero vivo, con paisajes que te roban el alma y tardes grises que te sumen en la monotonía y el desamparo. Una vida alternativa con duración limitada, fecha de caducidad a 4 de Septiembre. Pero una vida entera, al fin y al cabo, con sus más y sus menos, sus subidas y bajadas, sus encuentros y sus despedidas. Y tal vez cuando, dentro de 7 días, coja ese avión de vuelta a casa, sienta una especie de vacío en el estómago, un nudo en la garganta. Porque regresar a mi vida implica una especie de muerte, un adiós para siempre a este nuevo mundo que he creado en mitad del océano.</div>
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Como dije una vez, la primavera no dura para siempre. </div>
Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-90885804900395231742012-04-22T11:38:00.003-07:002012-04-22T11:38:36.094-07:00Machacalones¿Te acuerdas de aquellos momentos, de las interminables conversaciones de messenger, de aquellas lejanas multis que poco a poco forjaron nuestra identidad más primitiva? ¿Te acuerdas de cuando me enseñaste tu <i>locus amoenus,</i> y cómo luego éste fue profanado por las innecesarias obras? ¿De tardes enteras sumergidos en <i>Literaria</i>, indagando por primera vez en un universo que ahora parece atemporal y perdido? ¿Y de aquella tarde, sentados en las murallas de la Ciudadela, viendo atardecer y hablando en serio por primera vez? ¿Y de aquel <b>dibujo </b>tuyo que nunca has visto? ¿Te acuerdas?<br />
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Sería demasiado sencillo decir que me has cambiado la vida. En realidad, lo que hiciste fue enseñarme a verla infinitamente más brillante.<br />
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Gracias, <span style="background-color: yellow; color: lime;">machacalona</span>.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-44640409285871668332012-04-17T15:23:00.000-07:002012-04-17T15:23:08.822-07:00Sobre la Estupidez Humana (I)¿Qué tiene el dolor que lo hace tan adictivo? Y no me refiero al dolor físico, sino a la amarga sensación de pérdida y vacío que produce el despertar y dar de bruces con la realidad. Buscamos a ciegas un camino que nos de esperanza, porque pensamos "¿qué hay más dulce que la esperanza?". Tentamos a la suerte sin conocer el terreno, en busca de aventuras que infundan sentido al tiempo, pero sin mapa es fácil perderse, y acabamos chocando contra un muro. Lo más brutal del choque es la ceguera; andamos tan despreocupados, inocentes e ignorantes, que no esperamos obstáculo de ningún tipo, y cuando éste llega nos hundimos en él como si fuera aire, aire que se vuelve piedra.<br />
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Pero esta desgraciada experiencia no termina ahí. La obsesión por la esperanza nos confunde, nos hace pensar que ese muro que tanto daño nos ha causado es también un punto fijo al que aferrarse, y no un obstáculo que sortear. Es dañino, pero es real, y su realidad llena nuestra mente de sentido. ¿Qué hacemos, entonces? Retroceder un paso o dos y volver a intentarlo. Chocamos de nuevo contra el muro -una vez, dos veces, tres veces- y con cada golpe, que llega más profundo que el anterior, sentimos esa chispa de realidad colarse en nuestras vidas -como un soplo de aire fresco en el aire viciado de un salón antiguo- y disfrutamos de los segundos de intensidad que nos proporciona.<br />
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Disfrutamos de nuestra desdicha, porque la desdicha nos hace sentir trágicamente vivos. El drama nos saca de una existencia fútil y nos coloca encima de un escenario imaginado -sin normas, sin leyes- permitiéndonos sentir todas aquellas emociones que nos están vetadas en el día a día. Y volvemos hacia el muro, con la firme decisión de chocarnos, aunque sabemos que va a doler, porque sentirnos dolidos equivale a sentirnos protagonistas de una minúscula escena -de la que sólo nosotros seremos conscientes, pero eso no nos importa-.<br />
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Volvemos a caer en el eterno juego de ilusiones que nos hace sentir vivos.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-90467721190124674692012-04-11T01:27:00.001-07:002012-04-11T14:33:04.818-07:00Sobre la Capacidad de ConcentraciónYa han pasado las 12 de la noche. Hoy ha sido un día sin sentido, agotador e improductivo, pero al menos servirá de modelo para evitar que se repitan días así durante un tiempo. La canción, imposible de grabar, porque con ver una cámara me acobardo y no me sale la voz; histología, imposible de aprender, porque ahí está twitter recordándome lo mal que va el mundo. Que esa es otra, por cierto.<br />
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</div><div>Tengo tantas ideas para escribir que no puedo centrarme en ninguna, y como siempre pasa en estos casos, no escribo nada. Quién fuera Proust, con esa increíble capacidad de concentración al más mínimo detalle, confiriendo realidad propia de un universo entero a un tallo de flor disecada a punto de ser sumergido en agua hervida para formar té. Tal vez al mundo le falta capacidad de concentración. Sí, exactamente, eso es lo que le falta. Vale, desarrollaré esta idea, veamos a ver qué sale.</div><div><br />
</div><div>No hace falta más que obervar twitter. Las noticias vuelan a una velocidad pasmosa, paradigma de la era de la Información; se suceden unas a otras sin orden ni concierto, desubicadas, inconexas, bombardeando nuestras retinas con mil ideas, todas ellas enunciadas en el mismo tono de urgencia e importancia. ¿Qué ocurre? Simplemente, que no nos da tiempo a pensar. Vivimos tan pendientes de un fugaz presente que, de tan acelerado, nos impide concentrarnos en el pasado inmediato - ese margen de tiempo dedicado a la reflexión sobre lo acontecido - sustituyendo en nuestra mente unas noticias por otras, y condenando tantos necesarios juicios de valores al olvido más espontáneo. Vivimos en el mundo de las exclusivas, donde no importa la magnitud de la noticia, sino su cercanía temporal; una noticia es importante en cuanto que es reciente, ya se trate de un atentado o de los resultados de un partido de fútbol. Lo que importa es mantenerse informado, enterarse de lo que pasa día a día, minuto a minuto, porque creemos que si nos informamos de todo, podremos entenderlo todo.</div><div><br />
</div><div>Como de costumbre, nos equivocamos. Es imposible entender la relevancia de una noticia si no se la aisla y analiza críticamente, lo cual requiere abstraerse de todo ese flujo de información que asfixia nuestros cerebros y concentrar nuestras capacidades intelectivas y nuestros principios morales solamente en ella. Suena fácil, no lo es tanto. Porque claro, ¿cómo podemos discernir las noticias que merecen esta inversión de tiempo de aquellas que sólo sirven de relleno? Podríamos depositar nuestra confianza en publicaciones fiables, pero volvemos a incurrir en lo mismo: ¿qué es fiable y qué es engañoso? Al final, todo es un lío enorme y pegajoso en el que, de meternos a investigar, acabaríamos tan asqueados por la falta de moral informativa y la manipulación de los medios que seguramente renegaríamos de la vida en sociedad (esto es una exageración, obviamente). Mi alternativa personal -que acabo de desarollar en este mismo momento, mientras escribía la frase anterior- es decidir primero qué temas valen la pena (cultura, economía, sanidad, derechos sociales...por ejemplo) y, una vez hecho esto, contrastar diversas fuentes. Esto es importante, nunca debemos fiarnos solamente de un interlocutor -ni siquiera deberíais fiaros de mí, a saber qué oscuros intereses tengo al contaros todo esto, nah, es broma, podéis fiaros- porque un informador siempre está sujeto a sus valores personales -o a los que su empresa le marque- y por ello es prácticamente imposible que su información sea imparcial.</div><div><br />
</div><div>Puede parecer que todo este rollo sobre la falta de concentración es una grandísima tontería, que sí, que igual tengo razón, pero que no sirve para nada. ¡Já! Pensemos un segundo. Si en vez de vivir en mundotwitter -entendiéndose por esto el modelo actual en que la gente se fija únicamente en las noticias de última hora para olvidarlas al segundo que aparece una "nueva" última hora- decidiésemos juzgar críticamente aquellas que, según nuestra escala de valores -y en reflexiones previas- se encuentran dentro de los temas que hemos considerado importantes, estoy convencido de que conseguiríamos superar el borreguismo tan típico de nuestro país, que nos condena al "voto fácil" (PP/PSOE) y éste, inevitablemente, al bipartidismo más infértil. Y eso es sólo un ejemplo. Pongamos, por ejemplo, que el tema en cuestión es la Sanidad Pública. Si decisiésemos que ésta forma parte de los temas importantes para nosotros, y observamos -y entendemos críticamente- las noticias al respecto, no nos quedará otra que salir en defensa de las injusticias y los desastres que se están cometiendo, ya que seremos plenamente conscientes de la magnitud y la relevancia de los hechos que, invariablemente, suceden en la realidad. ¡Podríamos superar al fin el sedentarismo moral y luchar por el mundo tal y como nos gustaría que fuera!</div><div><br />
</div><div>Empiezo a desvariar, ya es tarde. No tengáis en cuenta este párrafo, leed lo anterior, criticadlo, pensad sobre ello, y llegad a conclusiones propias. No tengáis miedo de ser libres.</div>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-65685161360447978732012-02-09T09:05:00.000-08:002012-02-11T08:16:17.588-08:00Días grisesAhora mismo debería estar estudiando. Eso dicen mi conciencia y mi razón, no cabe duda, pero, ¿puedo siquiera plantearme volver a todas esas frases y líneas vacías? La marea de tecnicismos me sumerge en la deshumanización más absoluta. Y, sin embargo, cada letra de cada esterilizada palabra que leo se refiere a algo humano; a nuestra esencia, al patrón según el cual estamos hechos.<br />
Paradógico destino el de los acrónimos en biología; su tendencia etimológica natural los guía en una dirección diametralmente opuesta a la de su contenido.<br />
<br />
Ya ha pasado la hora; me recluyo de nuevo.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-82111288365418540302012-01-31T06:25:00.000-08:002012-02-11T08:16:26.681-08:00Un marino en la cocinaMe sentía condenado. Como uno de esos vasos que colocas sobre la cazuela llena de agua en la fregadera, flotando y balanceándome para no sumergirme. Con cada balanceo el vaso intenta ganar estabilidad, contrarrestar las fuerzas y evitar, a toda costa, el naufragio. Pero cada balanceo acerca su borde al agua, un poquito demasiado, sólo un poco, suficiente para que el agua penetre durante medio segundo directa al fondo de cristal. Con el primer balanceo, unas gotas, que tiran hacia el plateado suelo; con el segundo, un poco más del mortal veneno incoloro, que empuja la nave hacia el abismo. Un último balanceo y el vaso colapsa, rápido y en silencio se hunde como una pesada luna en el horizonte.<br />
<br />
Y yo observaba la fatídica inmersión, apoyado en la encimera, incapaz de impedir el predecible desenlace. Los restos de la tragedia yacían ante mis ojos, anegados, difuminados sus contornos fantasmales. La cocina, sumida en el más solemne de los silencios. No se oían ni las olas.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-50025852324434872332012-01-23T08:26:00.000-08:002012-02-11T03:40:04.276-08:00MoonriverTal vez estoy desperdiciando esta preciosa canción como título de una entrada tan falta de contenido como de proyecto. Sólo quiero dejar constancia de este momento, escuchando, pensando y dejándome llevar en sueños. Recordando esos momentos en los que el cielo de Pamplona se llenaba de estrellas, por un momento... a dónde quiera que vayas, iré contigo. ¡Hay tanto mundo por ver! Y ahora pasamos a Edith Piaf con "La vie en rose". Debo de haber apretado el botón de autodestrucción. El semáforo está en rojo. ¿Puedo esperar?<br />
<br />
Vaya tontería. Quedó claro hace tiempo que la primavera no dura para siempre, y ahora, escuchando "Je l'aime a mourir", de un inigualable Frances Cabrel, me imagino todos los posibles finales de la historia. ¿Sirve de algo? Por supuesto que no, la historia terminó con la última página del libro, y no tiene sentido alargar un prólogo invisible. Demasiadas líneas sin sentido, escondidas en la noche y en el tiempo, para nunca ser encontradas. Pero nunca quise eso, claro que no, aunque tampoco sabría decir qué quise exactamente. La vida es una ruleta en la que jugamos todos. Tengo que irme. Adiós. Adiós.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-76774435999987690812011-12-27T02:42:00.000-08:002012-11-29T14:30:48.475-08:00SonetoSiempre igual. Es llegar a ciertas horas de la noche y mi ser entero se transforma. Poesía, poesía... un ansiado sueño imposible en el presente, tan real en el pasado. Pero el sueño persiste, está ahí, escondido, esperando las horas justas para atacar cuando estoy desprevenido, acabando con toda resistencia a su paso; me sujeta, me zarandea, me hace suyo. ¿Cómo impedirle fluir hacia mi alma? Y así, como quien no quiere la cosa, a las 2 de la mañana empiezo un soneto, sin orden de Violante o ningún otro, por simple (o complicada) obligación espiritual (entiéndase como se quiera entender).<br />
<br />
Sin más preámbulo, os transcribo el soneto a continuación. Pero antes, una breve explicación. La historia, si así puede llamarse, describe el desconcierto del poeta, que ha caído enamorado de alguien que jamás podrá corresponderle. Así, los ojos de la persona amada son fríos, ciegos, inertes al sentimiento del poeta; un cielo perverso que destruye la vida, y sin embargo pospone la muerte. Y es que incluso encadenado a esa fría e insensible alma, el poeta todavía atisba una chispa de esperanza; no es suficiente para soñar libre, pero lo mantiene en vilo, esperando nuevos datos que le permitan salir del abismo de la incertidumbre. Por eso el poeta implora secreto; es consciente de que su amor se ha sentido, mas no quiere que nadie descubra que se ha enamorado de un imposible, que su loca pasión se ha echado a perder en torbellino, por lo que pide silencio y mentira. Pero, ¿podrán sus palabras borrar de la mirada el brillo de su alma cautiva? Ni siquiera el escritor lo sabe.<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Oscuros dardos de rosa encantada,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Envueltos en vapor de nube y verso,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Constantes, fríos como el universo,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Atentos, ciegos. Una inmensa nada.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Constantes mas fugaces. Desterrada<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>La sombra de virtud. Cielo perverso<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>De sueños huecos, donde me hallo inmerso<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Y eternamente, mi alma, encadenada.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Filo mortal de brillo, voz gastada,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Bastión de la esperanza, muerta o viva,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Protege el artificio en tu fachada.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Mantén la luz, abrázala cautiva,<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Pues nadie ha de advertir en tu mirada<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<i>Que mi alma ha anclado al fin en tu deriva.</i></div>
Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-3230910379634896182011-12-10T05:59:00.000-08:002012-02-11T03:58:31.047-08:00PoemaEncontrar en tus labios un suspiro<br />
e imaginar su causa en mi mirada.<br />
Sentir la fiebre inmensa, ciega, absurda<br />
que luego se reduce a mera nada.<br />
<br />
Los astros caen, relucen y mueren,<br />
pues tal es su destino de saeta.<br />
Y así mi corazón soñaba, libre,<br />
tan libre que, por no dormir, despierta.<br />
<br />
Y al despertar, el gris del cielo alerta<br />
no quedan más estrellas en la noche<br />
la luna vuela sola, azul y muerta.<br />
<br />
Abro los ojos en oscuro eterno<br />
y el corazón, perdido en la batalla<br />
se duerme en el colchón del frío invierno.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-63856998348748906832011-11-11T07:57:00.000-08:002012-02-11T08:16:45.757-08:00Sobre la Medicina (I)Querido blog, queridos lectores, por respeto hacia vosotros evitaré todo tipo de excusas estilo "siento no haber escrito hasta ahora", entre otras cosas porque si no he escrito hasta ahora es porque no me ha dado la gana, y punto. Pero algo me ha hecho cambiar de opinión, algo bastante sencillo y rápido, tan usual e intranscendente como una pequeña discusión. Ya sabéis, esas discusiones en las que tú intentas mantener la calma (o eso crees) y mantener un debate más o menos formal, mientras tu interlocutor profiere gritos y acusaciones sin fundamento que interrumpen tu línea de razonamiento. Pues bien, me ha pasado ahora mismo, pero lo interesante del caso es que tenía que ver con la Medicina, y eso es algo de lo que no he escrito todavía.<br />
<br />
Había oído, y temido, que gran parte de la población española no se fía de los "matasanos" de turno, de amenazas contra personal sanitario, violencia física, psicológica, insultos, demandas y demás. Como suele ocurrir con este tipo de cosas, uno las imagina lejanas, irreales, algo así como la guerra de Iraq, reportajes de telediario que una vez acaban mandamos directos al baúl de los recuerdos. Pero resulta que estaba equivocado, el desprecio hacia la más antigua y valiosa de las profesiones es un hecho, y puedo probarlo. ¿Qué me diríais si os hablase de estudiantes universitarios, en proceso de formación intelectual avanzada y ya legalmente adultos, que consideran al sector médico poco más que una panda de científicos chiflados? Pues es cierto, y aunque no diré nombres, me avergüenza y me duele en lo más profundo del alma. Palabras como "esos sólo buscan experimentar y probar cosas nuevas, no les importa la persona que tienen delante" o "sólo quieren operar para divertirse" hacen que uno se plantee de veras si vale la pena seguir con esto. Y es que la Medicina no tiene sentido si los futuros pacientes mantienen estas opiniones. <br />
<br />
Lo admito, yo no estoy estudiando Medicina por vocación; no he sentido esa "llamada de socorro" que te empuja a auxiliar al enfermo y aliviar al dolorido. Yo soy de esos que pretenden aprender, estudiar una ciencia bella donde las haya, y buscar, en el camino, esa ansiada vocación. Pero hay muchos que ya lo han sentido así, y hablo desde la experiencia directa con ellos. Se les ve en los ojos. Ese sentimiento solidario y desinteresado que te mantiene en consulta media hora más del horario porque alguien espera que le ayudes con sus problemas. Esa buena intención que te convierte no sólo en curandero, sino también en psicólogo, confesor, consejero y a veces incluso en amigo. Y es que esos jóvenes de 18 años que deciden emprender la larga carrera médica, con su obligación de seguir estudiando incluso una vez acabada (y probablemente de por vida) no lo hacen por dinero, privilegios o prestigio social (entre otras cosas porque no recibirán ninguno de ellos), lo hacen por lo mismo que hacemos nosotros cuando dejamos sentarse a un anciano en el metro o cuando devolvemos el cambio que nos han dado de más en el súper. Es por algo que la palabra Hospital viene de "hospicio", lugares de beneficiencia para los que carecían de recursos. Los médicos no salvan vidas por interés científico; salvan personas por amor a la vida.<br />
<br />
Dicho esto, debo admitir que, como en todos los sectores de esta nuestra sociedad, no todo es maravilloso e idílico. Por supuesto que hay médicos déspotas, interesados únicamente en las patologías, que miran al paciente como quien mira un trozo de carne. También están esas máquinas quirúrgicas, médicos tan superespecializados que se centran únicamente en su ámbito de especialización (la esquina lateral de la uña del dedo meñique del pie derecho, por ejemplo) y no dejan espacio para la persona que tienen delante. Pero no hay que olvidar que estos casos son vestigiales, altamente infrecuentes comparados con el número de profesionales de la salud que se desviven para mejorar las vidas de los que acuden a ellos. Y es que cuando entramos en un hospital, nos ponemos en las manos de todo tipo de especialistas (enfermeras/os, secretarias/os, médicos, residentes...) que han decidido dedicar su vida al cuidado de los demás. Lo diré una vez más: han (o hemos) decidido dedicar su vida al cuidado de los demás. Independientemente del resto de factores que hayan llevado a esta decisión, el hecho de hacerla demuestra que los profesionales de la salud merecen todo el respeto y la confianza que se les pueda dar; al fin y al cabo, se la debemos.<br />
<br />
A veces me pregunto si la Medicina tiene sentido. Me explico: su único propósito es evitar que la naturaleza siga su curso, interrumpir los procesos metabólicos de otros organismos o sustancias que, por desgracia, interfieren con los nuestros, y eso es algo bastante serio (considerando todos los males del mundo actual). Generalmente acabo pensando en otra cosa, porque es difícil encontrar una respuesta que satisfazca todos los interrogantes. Pero hay veces en que imagino la sonrisa de una madre que abraza a su hijo recién dado de alta, o la satisfacción de ése hombre que consigue, gracias a una prótesis, volver a caminar, o las lágrimas del padre que mira a través del cristal a su hija recién nacida en la incubadora; y sé, a ciencia cierta, que he tomado la mejor decisión de mi vida. Porque ésta es la más bella de todas las ciencias. Es la ciencia del amor a lo humano, de las segundas oportunidades, de las despedidas y de las bienvenidas, de la risa y del llanto, de las malas noticias, de las buenas noticias, de las noches en vela, de las llamadas a última hora, los suspiros, los buenos deseos, los ramos de flores y cajas de bombones, de las escayolas dedicadas, de las gafas y lentillas, de los accidentes, los abrazos, y las miradas.<br />
<br />
Es la ciencia que vive con nosotros. Es la ciencia de la vida.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-29445259600869118092011-10-02T13:16:00.000-07:002011-10-02T13:16:51.357-07:00Pacto con el diabloY entonces tendrás que ser mío y estremecerte ante la inmensa omnipotencia (...) que vuelve ilusorio al orden del mundo. Y después, si te animas, tendrás que comprender cómo te atraje a la trampa, porque al fin y al cabo te lo fui diciendo paso a paso, te avisé claramente que te estaba llevando a la perdición, pero lo bonito de los pactos con el diablo es que se firman sabiendo bien con quién se trata. Si no, ¿por qué el premio sería el infierno?<br />
<br />
Umberto Eco,<i> El Nombre de la Rosa</i>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-89379919926332430082011-06-05T15:01:00.000-07:002012-02-11T08:17:15.567-08:00De madrugadaPara qué negarlo, a veces pasan cosas que te obligan a pararte y pensar. Puede ser por diferentes motivos, pero ninguno es tan surrealista como los encuentros con desconocidos, volviendo a casa de madrugada. Al final acabas metiéndote en la cama, con los ojos abiertos y sin poder frenar el flujo de ideas que te taladra la cabeza. Que si Ciencias Biomédicas, porque Periodismo no te vale para nada, o Ciencias Políticas, porque podrías cambiar el mundo... soñadores, eso es lo que son esos desconocidos que te incitan a pensar. ¿Cambiar el mundo? El mundo es un cambio continuo esperando ser moldeado, y si ahora se tiene esa necesidad de algo diferente es porque generaciones anteriores no lo moldearon de la forma adecuada.<br />
<br />
Pero a lo que iba, que no necesito elegir todavía. Va para ti. No saber hacia dónde voy no significa que no vaya a llegar a ninguna parte. Camino sin rumbo, sí, y eso incluye una alta probabilidad de perderme por el camino, pero debo arriesgarme. Una vez fijas tu destino, tienes que seguir los carteles, las señalizaciones y los mapas para conseguir llegar; y si gastas tu tiempo en cosas como esas, te pierdes lo que de verdad importa. La carretera, el viento por la ventanilla, el atardecer en la espalda, las estrellas, y todo lo que forma parte del camino... ¿Qué sentido tiene perseguir un fin, si la belleza está en el viaje?<br />
<br />
Suena típico, pero la vida es eso, el camino, ¿no? Y si piensas que eres un fracaso, lo serás. Pero si un día te levantas y decides recuperar tu vida, entonces nada puede pararte. Me atrevería a decir que incluso los profesores para lo "peor de la sociedad" pueden cambiar el mundo, su mundo. Al fin y al cabo, la realidad no es más que un choque entre individualidades; la totalidad depende de cada uno de nosotros.<br />
<br />
Punto y aparte, la poesía. ¿Qué tiene de malo? Concedo este pequeño paréntesis en prosa, pero no me olvido de ella. La verdad, no puedo concebir un mundo en el que la única vía de expresión fuese el discurso razonado. Llamadme loco, pero, ¿quién no siente alguna vez el deseo de cantar en medio de la calle? ¿De subirse a un banco y gritar a pleno pulmón cualquier melodía? El ser humano necesita el arte, la belleza, para vivir. Lo cual, por cierto, me lleva al principio.<br />
<br />
Si lees esto, gracias por la conversación de la otra noche. Probablemente la situación más absurda de mi vida, pero tuvo su gracia. Y respecto a lo de "fracasado", siento quitarte la razón, pero en algo cambiaste mi mundo.<br />
<br />
Así que ya sabes: "Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo." (Ghandi)Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-66954402132719504032011-05-26T08:35:00.000-07:002011-05-26T08:35:24.734-07:00Siempre adelanteHay veces en que la vida cambia y no te das ni cuenta.<div>Te toca irte de aquí y todavía no has empezado la maleta.</div><div>Tu mundo empieza a cambiar y tienes que dejar a los que siempre has querido.</div><div>Yo nunca olvidaré todo lo que hemos vivido.</div><div><br />
</div><div>Y aunque nos guste mirar atrás, hay que seguir siempre adelante, siempre adelante.</div><div>Aún nos queda mucho por vivir, la vida dura sólo un instante.</div><div>Comienza un nuevo día en que nuestros caminos se separan en dos</div><div>pero a los buenos momentos nunca se dice adiós.</div><div><br />
</div>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-26217878582442395112011-05-16T09:28:00.000-07:002012-02-11T04:00:02.826-08:00Azul libertad<br />
<div>que vuela, vuela, vuela</div><div>sobre las nubes.</div><div><br />
</div><div><br />
</div>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-84116586500250970962011-05-02T07:39:00.000-07:002012-02-11T03:57:31.132-08:00El hombre del pianoY se agarra a su tabla de naúfrago<br />
volviendo a su eterna canción...Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-68700832868938300592011-04-17T10:37:00.000-07:002012-02-11T04:00:17.173-08:00Haikus entre acordesEn el silencio<br />
acaricia las cuerdas<br />
tu suave mano.<br />
<br />
Tu violín suena;<br />
te miro, tú me miras.<br />
La orquesta calla.<br />
<br />
La luna brilla<br />
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">eternamente sola</div><div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">sobre las nubes.</div><div><br />
</div>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-82546627943802089652011-04-08T15:17:00.001-07:002012-02-11T03:59:43.377-08:00Viento ligero,<br />
suspiro de color<br />
sobre la rama.Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8499150329995053913.post-57410081545210250352011-04-05T12:52:00.000-07:002011-04-07T13:32:47.096-07:00Instrucciones para crear un lenguaje en claveQuerido lector,<br />
<br />
antes de proceder a la enumeración de pasos a seguir, es necesario que realice una reflexión sobre la necesidad de esta tarea. Una vez sopesados los pros y los contras, ventajas y desventajas, piénseselo otra vez, ya que esta difícil labor organizativa puede afectar seriamente su vida social, personal y cordura.<br />
<br />
Dicho lo cual, comencemos.<br />
<br />
<b>Paso nº1: </b>Un lenguaje en clave, como el resto de lenguajes escritos, se compone principalmente de palabras, divididas estas a su vez en letras. Llegado el caso, los caracteres anteriores pueden ser sustituidos por ideogramas; no obstante, tendrá que asegurarse la correcta interpretación de estos por los conocedores del lenguaje, cuya conocida tendencia a la errónea identificación de bragas aquí, bragas allá, podría dificultar la comunicación.<br />
<br />
<b>Paso nº2:</b> Una vez decididos los caracteres a utilizar, hace falta encontrar un grupo de afiliados. Para componer dicho grupo se precisará: una optimista empedernida, con tendencia a la imperfección y debilidad por los pasteles; un literato con pretensiones de jurista y gran dominio del lenguaje; una pianista retirada y psicótica, con pasión por duques, jorobados y óperas varias; y por último, un servidor.<br />
<br />
<b>Paso nº3:</b> inmediatamente tras reunir al grupo, se deben marcar los pilares básicos de toda lengua, es decir, las excepciones ortográficas. Para efectuar esta tarea tenga en cuenta lo siguiente<br />
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<ul><li>la aparición de tildes en mayúsculas, aunque poco utilizada, puede ser un recurso muy útil. También pueden aparecer intercaladas. <i>Ej:</i> p¨re·coz</li>
<li>las raíces verbales son también proclives a la variación. <i>Ej:</i> cantar/yo cuanespevo petardear/yo vickypeo...</li>
<li>es fácil y, al mismo tiempo, efectivo, asociar términos por similitud léxica o semántica (y también por antonimia). Ej: frígida/facilona mesa/espesa veleta/peseta optimismo/chiripitiflautismo</li>
</ul><div><b>Paso nº4:</b> una vez finalizadas las excepciones, el desarrollo del resto del lenguaje puede ser fácilmente resuelto. Para ello, simplemente déjelo en manos del resto de compañeros, ya que por lo menos uno siempre pugnará por la puntualidad y eficiencia, carácter que podrá aprovechar para que usted se libre de la dura labor estructurativa. </div><div><br />
</div><div>Llegados a este punto, habrá observado que su tarea ha finalizado. Lo único que resta es aprender el lenguaje en cuestión que, dependiendo de la gracia del miembro encargado, podrá llevar de 1 a 132 años y medio. En cualquier caso, suerte.</div><div><br />
</div><div>Gracias por su adquisición de las "Instrucciones para Crear un Lenguaje en Clave", esperamos que haya sido de su utilidad.</div><div><br />
</div><div>P.D. El escritor no se hace cargo de los trastornos psicológicos que el lenguaje desarrollado pueda causar. Dense por aludidos aquellos con hipersensibilidad "a lo Werther".</div>Jon Machalónhttp://www.blogger.com/profile/03422487711675672464noreply@blogger.com1