Encontrar en tus labios un suspiro
e imaginar su causa en mi mirada.
Sentir la fiebre inmensa, ciega, absurda
que luego se reduce a mera nada.
Los astros caen, relucen y mueren,
pues tal es su destino de saeta.
Y así mi corazón soñaba, libre,
tan libre que, por no dormir, despierta.
Y al despertar, el gris del cielo alerta
no quedan más estrellas en la noche
la luna vuela sola, azul y muerta.
Abro los ojos en oscuro eterno
y el corazón, perdido en la batalla
se duerme en el colchón del frío invierno.
Suspiro, mirada, saeta... ¿Has estado leyendo a Bécquer? :) (Yo sí, ayer, de hecho ^^)
ReplyDeleteLa verdad es que hace mucho que no leo nada suyo, ya llegará el momento!
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