Tuesday, April 17, 2012

Sobre la Estupidez Humana (I)

¿Qué tiene el dolor que lo hace tan adictivo?  Y no me refiero al dolor físico, sino a la amarga sensación de pérdida y vacío que produce el despertar y dar de bruces con la realidad.  Buscamos a ciegas un camino que nos de esperanza, porque pensamos "¿qué hay más dulce que la esperanza?".  Tentamos a la suerte sin conocer el terreno, en busca de aventuras que infundan sentido al tiempo, pero sin mapa es fácil perderse, y acabamos chocando contra un muro.  Lo más brutal del choque es la ceguera; andamos tan despreocupados, inocentes e ignorantes, que no esperamos obstáculo de ningún tipo, y cuando éste llega nos hundimos en él como si fuera aire, aire que se vuelve piedra.

Pero esta desgraciada experiencia no termina ahí.  La obsesión por la esperanza nos confunde, nos hace pensar que ese muro que tanto daño nos ha causado es también un punto fijo al que aferrarse, y no un obstáculo que sortear.  Es dañino, pero es real, y su realidad llena nuestra mente de sentido.  ¿Qué hacemos, entonces?  Retroceder un paso o dos y volver a intentarlo.  Chocamos de nuevo contra el muro -una vez, dos veces, tres veces- y con cada golpe, que llega más profundo que el anterior, sentimos esa chispa de realidad colarse en nuestras vidas -como un soplo de aire fresco en el aire viciado de un salón antiguo- y disfrutamos de los segundos de intensidad que nos proporciona.

Disfrutamos de nuestra desdicha, porque la desdicha nos hace sentir trágicamente vivos.  El drama nos saca de una existencia fútil y nos coloca encima de un escenario imaginado -sin normas, sin leyes- permitiéndonos sentir todas aquellas emociones que nos están vetadas en el día a día.  Y volvemos hacia el muro, con la firme decisión de chocarnos, aunque sabemos que va a doler, porque sentirnos dolidos equivale a sentirnos protagonistas de una minúscula escena -de la que sólo nosotros seremos conscientes, pero eso no nos importa-.

Volvemos a caer en el eterno juego de ilusiones que nos hace sentir vivos.

1 comment:

  1. No sabía que había días grises también en Madrid. :(

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