Casi llegados al 14 de Febrero, tocaba escribir algo romantico. La pregunta es, que? Algo romantico... como puede alguien que nunca ha estado enamorado escribir algo romantico?
La respuesta es: no puede.
El silencio de la calle, roto a veces por alguna bocina desorientada, se desvanece a nuestro paso. El eco de nuestra conversacion se mezcla lentamente con la suave brisa de las noches de principios de Mayo, en la que ya se empieza a sentir el aroma del verano. Caminamos sin pensar, sin decidir, disfrutando del extraño placer de conocer a alguien nuevo que vale la pena, compartiendo secretos que no diriamos durante el dia. La luz de las farolas adorna nuestro eden particular; un eden de edificios, aceras y ventanas vacias que, lejos de empalidecer la noche, parecer brillar por si mismas.
No hace frio, pero tiemblo. Sonrio y digo, “Ojala hubiera cogido una sudadera o algo...”, incapaz de admitir que no es ese el motivo. No, eso nunca, o al menos no por ahora. Llegamos a tu portal, y el silencio de la noche nos envuelve de nuevo. Tanto que decir y tan poco tiempo. Deseo que esta noche dure para siempre, que no tenga que acabar...
Y el tiempo se congela. Nuestras miradas se cruzan por una decima de segundo, y luego se separan. Sonrio, sonries. Una bocina, perdida en la distancia, nos devuelve a la realidad. Y de repente...
la noche acaba, tienes que irte. Adios. Adios.
No hay estrellas en el cielo de Pamplona.
El día que te enamores, harás temblar a Bécquer y a Neruda, bobo ¬¬
ReplyDeleteY yo me quedo con el penúltimo párrafo. Deberíamos tener uno de esos instantes tan mágicos todos los días.
Y venga, ya estás tardando demasiado en publicar otra cosa, ¡que me muero de ganas de leer máaas! :)
Gratzie Vicky! Ya sabes, la noche me confunde jaja...
ReplyDeleteTranquila, bequer y Neruda pueden respirar tranquilos, con amigas como tu no necesito enamorarme ;)
Qué lindo...
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